Obra:
El beso de Judas
Autor:
Giotto
Cronología:
Siglo XIV (Trecento)
Estilo:
Gótico
Contexto:
La
pintura es la manifestación artística que mejor muestra la nueva mentalidad de
la época, destacará la preocupación por el hombre y la naturaleza. El Gótico italiano
buscará el dominio de la belleza, trazaron las líneas de la perspectiva y
plasmaron en ellas el cuerpo humano, mediante sus conocimientos de anatomía y
las leyes del escorzo.
La
pintura gótica, en general, está influenciada por la estética bizantina, que
nos representa irrealealidades, figuras en actitud forzada, figuras de siluetas
y de colores planos. Un autor que empieza a liberarse del bizantinismo será
Cimabue con sus figuras serán más dinámicas, haciendo desaparecer el carácter
preciosista de esta pintura. Giotto, el auténtico innovador de la pintura
gótica italiana será discípulo de Cimabue.
La
gran revolución de la pintura gótica italiana consistirá en abandonar los
convencionalismos góticos (fondos dorados...) para ir a una pintura preocupada
por la representación del espacio y del ambiente, una pintura que intenta
alcanzar la “tercera dimensión” y que, por tanto, nos llevará al próximo siglo.
Análisis:
El
beso de Judas, pintura al fresco, era la escena que centraba el registro
inferior del muro sur de la capilla Scrovegni, en Padua.
La traición de Judas ocurre en el primer
término de la composición. El resto de los personajes reflejan la confusión y
el dramatismo de la escena. El núcleo argumental destaca por la tensión de los protagonistas:
Judas rodea con su manto y se acerca a Jesús para delatarlo con su beso,
mientras éste permanece estático. Las dos figuras se miran fijamente. A la
izquierda, se presenta Pedro cortándole la oreja a Malco, mientras que soldados
con sus armas comienzan el enfrentamiento al fondo y a la derecha. También
podemos ver a San Francisco compartiendo su capa con un pobre.
En El
Beso de Judas, Giotto organiza la emoción de toda la escena en torno a la
imagen central, donde se encuentran el traidor y el traicionado. Los rostros
tienen gran importancia, ya que con ellos se expresa la emoción humana. También
muestra preocupación por el tridimensionalismo. El dinamismo que presentan los
otros grupos, contrasta vivamente con el momento contenido de delante. Esto no
es más que un reflejo del dramatismo y de la tensión argumental del primer
término, por eso podemos ver al fondo una masa de cabezas.
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