AUTOR: Diego Velázquez
CRONOLOGÍA: 1618-1622
ESTILO: Barroco
TÉCNICA: Óleo sobre lienzo.
LOCALIZACIÓN: Apsley House, Londres, Reino Unido.
Estamos ante uno de los cuadros mas conocidos del pintor de los pintores de toda la historia tanto española como mundial. La obra es el aguador de Sevilla, la cual fue pintada por Diego Velázquez entre los años 1618 y 1622, periodo de tiempo durante el cual Velázquez seguía residiendo en Sevilla, aunque hay algunos expertos, que especulan que esta obra ya fue pintada mientras residía en Madrid alrededor del año 1623. Lo que sí se sabe con certeza es que esta obra fue pintada posteriormente a La vieja friendo huevos. Esta fue una de las obras mediante la cual Velázquez pudo acceder a ser pintor de la corte real Española.
Esta obra presenta a tres figuras, a la izquierda del cuadro, se puede apreciar a un niño que, recibe un vaso de agua lleno de la persona mayor que esta situada a la izquierda de la pintura con la capa roja. Esta escena representa el paso de la sabiduría de una persona mayor y sabia a una persona joven. En este caso es un aguador, un oficio que durante esta época era muy común en Sevilla, y, los niños de aquella época aprendían los oficios que ejercerían durante toda su vida en un taller a través de la sabiduría de un maestro. Se puede ver hacia el centro de la figura una figura sombría y tenebrosa. Dicha figura es una figura joven y un detalle un poco fantasmagórico. La presentación de las tres figuras de esta manera viene a sugerir que esta obra representa las tres etapas del hombre.
La figura de la izquierda presenta a la niñez, que tras recibir la sabiduría del viejo sabio dejará de tener esa cara inocente que de alguna manera presenta en el cuadro antes de beber del agua. En el medio se puede apreciar la figura del joven, que sería la etapa de la vida donde una persona debería llegar a alcanzar sus logros. Y por último la figura más representativa de las tres seguramente sea la figura del viejo. El viejo es representado de una forma humilde y sabia, lo cual se transmite al espectador a través de la mirada tierna que este dirige al niño y por su capa que de alguna manera al estar rasgada representa la humildad que presenta este sabio.
Esta pintura es un perfecto ejemplo del barroco. Lo más destacable de esta obra es seguramente el tratamiento de la luz, que es de tipo tenebrista. El tenebrismo del barroco fue una técnica del tratamiento de la luz y el color en la pintura mediante la cual se pinta todo con colores mayoritariamente oscuros, lo cual es evidente en este cuadro, ya que todo el fondo es completamente negro.
Por otra parte hay solamente un foco de luz en el cuadro y es exterior. Este foco alumbra la obra lo justo para que se dejen ver los personajes principales del cuadro. La luz refleja en la capa de color rojizo del viejo, que aunque no sea un color del todo claro, es el más claro de toda la pintura. Otro rasgo característico de este cuadro es el bodegón representado a través de las jarras presentes en la imagen.
Al ser un cuadro de la primera etapa de Velázquez, la presencia del tenebrismo y los colores oscuros es claramente como ya se ha mencionado evidente. Pero también muestra que Velázquez es un excelente retratista. Cuando Velázquez acuda a Italia y se vea influenciado por los maestros de la pintura Italiana su pintura evolucionará de una manera en la que los colores y la luz no sean tan oscuros y aunque siga pintando retratos desarrollará una técnica en la que superpondrá el color a la perfección a la forma, por lo que Velázquez empezará a desarrollar una pintura Impresionista dos siglos antes de que este movimiento se lleve a cabo.
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