Título:Las señoritas de Avignon
Autor: Pablo Ruiz Picasso
Fecha: 1907.
Localización: Museum of Modern Art. New York
Estilo: Cubismo
Técnica: Óleo sobre lienzo, 244 x 233 cm
Contexto histórico
El cubismo es un movimiento artístico desarrollado principalmente entre 1907 y 1914, cuyas principales aportaciones consisten en:-Una nueva interpretación del espacio.
-La renovación de las técnicas.
-El uso de un lenguaje formal geometrizante.
Se puede decir que el cubismo nació como movimiento en 1908 constituido en Montmartre.
Desde la perspectiva actual, el cubismo representa la innovación más revolucionaria del arte a principios del siglo XX. La bibliografía sobre el cubismo es más extensa que la de cualquier otra tendencia estilística del arte moderno. Se olvida fácilmente que los pintores cubistas no disfrutaron de un reconocimiento social entre sus contemporáneos. Las reacciones a las exposiciones y las escasas publicaciones sobre el cubismo llevaban en su gran mayoría la impronta de una crítica exacerbada. Sólo un pequeño grupo de escritores, como Guillaume Apollinaire, coleccionistas y galeristas defendió la nueva tendencia artística.
Análisis formal
Formalmente el cuadro está dividido de manera clara en tres franjas organizadas verticalmente. La parte central es la más “clásica” en cuanto al aspecto, sin embargo se percibe ya en estas dos figuras una compartimentación de sus cuerpos, pese a esto existen referencias a la pintura tradicional de desnudos con especial similitud con las “majas” de Goya, incluso en su posición pues aunque parecen de pie están tumbadas como indica su postura con los brazos tras la cabeza. En estas dos figuras se observa un principio importante de lo que luego sería la pintura cubista, el diferente punto de vista con que se ven partes de una misma obra. De la misma manera que los egipcios utilizaban una ley de frontalidad en la que las figuras aparecían con el rostro de perfil y el torso de frente, Picasso sitúa a estas dos figuras como si se vieran desde arriba, ya que así son mucho más reconocibles que viéndolas desde su mismo plano horizontal.
En esta franja , los colores son más clásicos, menos fuertes (entre blancos y celestes), y el tono de las dos muchachas es más amable en relación con el de las otras tres. Pero a diferencia de lo que puede parecer en un primer momento, ya que están en el centro, lo más importante del cuadro no está en estas figuras, pues las líneas quebradas que pueblan el lienzo nos hacen llevar la mirada fuera del cuadro. Si queremos mirar el cuadro debemos regresar al lienzo una y otra vez ya que la obra nos lleva fuera de sus límites.
Las líneas de composición son siempre oblicuas, dando un gran dinamismo a la obra, incluso algunas de estas líneas nos llevan a la naturaleza muerta de la parte baja del cuadro, detalle que aunque parezca anecdótico, no lo es tanto, como veremos posteriormente. Las otras dos franjas del cuadro están pintadas sobre otras figuras ya realizadas anteriormente por Picasso. Estas figuras tenían estéticamente un aspecto parecido a las figuras del centro (una de ellas era de un marinero que aparecía tras una cortina y que entraba en el prostíbulo), sin embargo Picasso decidió cambiar tanto estas figuras como el tratamiento estético. La mujer que está a la izquierda corriendo una cortina de color rojo cálido aparece con su rostro de perfil de color más oscuro que el resto del cuerpo, que a su vez es más rojizo que los cuerpos de las mujeres que hay en el centro. El color y la forma del rostro de esta figura lateral hay que relacionarlos con la influencia que recibió Picasso poco tiempo antes en un viaje por Cataluña, y por las pequeñas figuritas religiosas del Románico que supusieron para el pintor una nueva visión del arte, suponiendo un primer paso en su decantamiento por otro tipo de estética en vez de la naturalista. La franja de la derecha es algo más compleja en su interpretación desde el punto de vista de la pintura de corte más tradicional, y posiblemente por ello es más importante para la comprensión del cuadro. En esta parte aparecen dos figuras con unos rostros extraños directamente influenciados por las máscaras que Picasso pudo ver en el Museo etnográfico de París, el entonces Museo del Trocadero, actualmente Museo del Hombre.
Estas máscaras, venidas de Costa de Marfil o Congo, llegaron por primera vez a occidente a principios de siglo traídas por antropólogos y supusieron para los artistas de la vanguardia parisina un descubrimiento tal que revolucionó para siempre la Historia del Arte. No sólo Picasso sino que muchísimos artistas, como Matisse, Brancusi, Braque o Derain entre otros, se vieron impresionados por la frescura y la fuerza de estas obras de arte africano. La concepción geométrica de los espacios que se disolvían en planos para configurar conjuntos de gran sencillez, pero con una gran claridad a la hora de mostrar con el mínimo de rasgos rostros con identidad propia, fue lo que las hizo tan interesantes para Picasso y sus contemporáneos. Así que Picasso decidió cambiar las figuras de la derecha por las mujeres con rostros como máscaras, que llegan a un nivel de expresividad mucho mayor que el de las otras figuras.
Las máscaras son representaciones de rostros, Picasso no quiso hacer mujeres escondidas tras máscaras, sino rostros de mujeres de una mayor expresividad, con un nuevo planteamiento estético. De esas dos máscaras una, la de abajo, tiene mayor abstracción; mientras que la de arriba todavía tiene referencias perspectivas, la de abajo, que pertenece a una figura mucho más radical, ya es plana e inicia lo que se llama “respeto al lienzo”, el respeto a las dos dimensiones sin que aparezca la tercera, la profundidad, que desde el Renacimiento ha sido el fundamento de la pintura occidental. Así se inicia el desaprendizaje, casi diríamos el “olvido” de toda la tradición pictórica tradicional desde el siglo XV, y el invento de la perspectiva matemática. Olvido que es un punto de partida esencial para la comprensión de toda la pintura del siglo XX. Algunos críticos han afirmado que el rostro de la figura de la izquierda también viene del descubrimiento del arte africano, sin embargo no parece que tenga este sentido ya que en realidad no tiene ninguna similitud con las máscaras rituales del continente negro.
Esto no es el contexto histórico en el que se desarrolla el cuadro, es el estilo o corriente artístico
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