Autor: Picasso
Fecha: 1903
Museo: Museo de Cleveland
Características: 196,5 x 13,2 cm.
Estilo: etapa azul
Material: Oleo sobre lienzo
Fecha: 1903
Museo: Museo de Cleveland
Características: 196,5 x 13,2 cm.
Estilo: etapa azul
Material: Oleo sobre lienzo
Se
trata de un ingreso de Picasso en las corrientes
simbolistas de final del XIX que pretendían indagar en el mundo de
los sentimientos (Klint,
Moureau…).
Una
pintura en exceso literaria (aunque
en este cuadro no conozcamos su historia, pero siempre está presente
la idea de fracaso, de vida arruinada y sin esperanza), que se
continuará en la
pintura rosa (aunque
con mayor optimismo y un cambio de personajes acercándose al mundo
del circo) y
se romperá definitivamente en su periodo negro, en
donde Picasso se deslindará de esta pintura sentimental para
centrarse en cuestiones más formales (color,
planos geométricos) que
le llevará hasta sus
Señoritas de Avignon y el descubrimiento del cubismo.
Como
es habitual en Picasso, las
influencias son muy variadas, pues pocos pintores como él han tenido
en la Historia del Arte la capacidad de digerir y reelaborar la
pintura anterior hasta hacerla por completo propia.
Tanto el canon alargado como las distorsiones de perspectiva y focos
de luz se han puesto en contacto con el Greco que
en esos momentos se estaba redescubriendo (influirá también
en Munch).
Por otra parte tanto el gesto de la mano como alguna de las formas de
sus desnudos pueden incluso recordarnos alrenacimiento (Adán
y Eva de Masaccio,
Miguel Ángel), así como la madre y sus ropajes a la cultura
griega arcaica.
Tema. Cuadro
de compleja simbología, acaso inacabado, en el que una pareja mira
desoladamente a una madre con su hijo. Detrás suyo, como en papeles
añadidos en trampantojo, aparece de nuevo una pareja aún más
terrible y una mujer como si fuera un feto. Las interpretaciones han
sido muy variadas, y el propio Picasso nunca quiso corroborarlas o
negarlas, aunque es evidente la contraposición del amor carnal
(la pareja) con el maternal (la madre), así como el paso de uno a
otro a través del sexo visto de una forma ambivalente.
El
soporte es
lienzo sobre el que se pinta al óleo (al
parecer con numerosas rectificaciones), dejando ciertos lugares
inacabados en donde se puede aún observar el carbón original
(figura abajo intermedia)
La
composición,
como es habitual en la época, se ciñe a unaestricta simetría,
compensando el mayor volumen de la pareja de la izquierda con una
mayor intensidad en los colores de la madre. En su eje de simetría
(y acaso como tránsito conceptual entre una y otra) aparece la
pareja y la mujer. Tanto el habitual sentido de la mirada
occidental como el leve gesto del hombre nos dan una leve
direccionalidad hacia la derecha que cerraría solemnemente la figura
hierática de la madre.
La línea
prevalece sobre el color,
especialmente en los contundentes contornos o las figuras inacabadas,
aunque el interior de los desnudos maneja una pincelada mucho
más suelta que matiza muy suavemente la luz. Como corresponde a esta
etapa todo se encuentra dominado por una casi exclusiva
monocromía azul (relacionada con la melancolía), con apenas
unas zonas marrones en su centro (también habituales en este
momento).
La
luz,
aunque naturalista en su conjunto y muy marcada en los pliegues
de la madre, tiene una extraña reflexión en los cuerpos desnudos,
creando planos discordantes en su piel desnuda. Por otra parte, una
mirada más atenta nos revela que, mientras en la pareja provine
desde la izquierda, en la madre parecería que el foco estuviera
colocado a la derecha.
La
perspectiva es
casi abolida por completo y sólo en la parte baja encontramos un
suelo diferenciado del fondo, aunque bastante alzado como señalan
los pies danzantes de las figuras. Sin embargo, según ascendemos, la
pared deja de tener referencias espaciales y su fondo se acerca
al espectador,haciendo resaltar las figuras sobre él, como si se
tratara de un relieve.
Por
último, las
figuras mantienen
un canon bastante alargado (aún más potenciado en la madre por
la disposición de sus pliegues) y presentan un fuerte carácter
hierático y estático que se contrapone con el movimiento y el
dramatismo de las escenas de la pared. Ambas mujeres, por lo demás,
presentan rasgos simplificados que tienden a una cierta
idealización mientras la cabeza del hombre es mucho más realista y
detallista, sin plegarse en tal manera a las formas geométricas.
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