martes, 24 de febrero de 2015

Renacimiento “Cinqueccento” - La virgen de las rocas



TÍTULO: Virgen de las rocas
AUTOR: Leonardo da Vinci
CRONOLOGÍA: 1483-86
LOCALIZACIÓN ACTUAL: Museo del Louvre (París) / National Gallery (Londres, 1504)


ESTILO: Renacimiento “Cinqueccento”



La Virgen de las Rocas es un nombre usado para denominar dos cuadros de Leonardo da Vinci pintados con idéntica técnica pictórica de óleo sobre tabla. La versión del museo del Louvre fue transferida a lienzo desde el panel original de madera. pero la que se conserva en la National Gallery aun permanece sobre tabla.

 Realizada durante su estancia en Milán, en la corte de Ludovico Sforza, originalmente fue pintada al óleo sobre tabla pero en la actualidad ha sido transferida a lienzo (se conserva una copia en la National Gallery de Londres, probablemente ejecutada por el propio Leonardo hacia 1504). Se representa en la pintura a la Virgen acompañada por un ángel y los niños Jesús y San Juan Bautista. La presencia de San Juan niño (popularmente San Juanito) está tomada de los Apócrifos y de las Meditaciones de la Vida de Cristo del Pseudo-Buenaventura que se inspira en ellos.

Si en la Adoración de los Magos Leonardo nos muestra su manera de entender las relaciones entre dos maneras distintas de pensamiento, en La Virgen de las Rocas nos indica la resolución del problema de las contradicciones entre naturaleza y religión, historia natural e historia religiosa.

Leonardo concibe la naturaleza como algo misterioso y en perpetuo movimiento; cuando se refiere a ella en sus escritos, de lo que habla es de tempestades, diluvios... Sobre esta visión de la naturaleza inserta Leonardo la figura humana, como lo hace en esta obra, concebida -en su arquitectónica disposición- como un símbolo de la Salvación que, a través de la Virgen mediadora, realiza Cristo. "Las figuras se encuentran en el umbral de una gruta, casi una cripta natural, que recibe la luz desde arriba y desde las aberturas del fondo. En contra de lo habitual, las figuras aparecen dispuestas en cruz, al encuentro de cuatro directrices del espacio: Jesús se inclina, en primer plano, hacia el espacio exterior, mientras que el Bautista y el ángel sugieren la expansión lateral del espacio y la Virgen, que domina el grupo, parece cumplir el papel de una "cúpula" desde la que desciende la luz."

 Las figuras se disponen formando un triángulo casi equilátero atravesado por el sutil zig-zag que marcan las manos cuya gesticulación, como sucede en la mayoría de los cuadros de Leonardo, es de capital importancia (el audaz escorzo de la mano izquierda de María fue luego muy imitado).
La escena se ambienta en un paisaje fantástico (las plantas, sin embargo, están tratadas con realismo y minuciosidad de botánico) de rocas apiladas de modo inverosímil entre las que se filtran luces irreales que contribuyen a generar la profundidad del espacio. La importancia que se otorga al claroscuro (cuerpos de los niños), el sfumato y la perspectiva aérea son los habituales en la pintura de Leonardo da Vinci. Destaca asimismo el empleo de la denominada “perspectiva aérea” que en su tratado de la pintura definió como la disminución de la intensidad de los colores y la pérdida de definición de los objetos con la lejanía, por la interposición de capas de aire.

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