miércoles, 25 de febrero de 2015

El matrimonio Arnolfini

                         


                                     EL MATRIMONIO ARNOLFINI 


           NOMBRE: El matrimonio Arnolfini
           AUTOR: Jan Van Eyck
           CRONOLOGÍA: Siglo XV. (1434)
           LOCALIZACIÓN: National Gallery, Londres
           ESTILO: Gótico
           MATERIALES: Pintura al óleo sobre tabla


La pintura es la manifestación artística que mejor muestra la nueva mentalidad de la época, la preocupación por el hombre y la naturaleza; por el entorno, por los pequeños detalles. Existen dos escuelas, la florentina con Giotto, y la flamenca, con Van Eyck, que nos intentarán acercar a la realidad pero siguiendo caminos opuestos:
Uno, el italiano, buscará la perspectiva, el dominio de la belleza, del cuerpo humano... Los italianos comenzaron trazando el armazón de las líneas de la perspectiva y plasmaron sobre ellas el cuerpo humano, mediante sus conocimientos de anatomía y las leyes del escorzo, ya en el s. XV, trataban de representar la naturaleza casi con exactitud científica.
Otro, el flamenco, en el camino opuesto, logra la ilusión de lo natural, añadiendo pacientemente detalle tras detalle, hasta que el cuadro se convierte en un espejo fiel de la realidad.
Esta diferencia entre los artistas del norte y los italianos marcarán la pintura europea durante muchos años, incluso siglos.
El surgimiento de la pintura de caballete y el perfeccionamiento de la pintura al óleo completarán las novedades de esta época.La pintura flamenca es una pintura burguesa, intimista, una pintura que, sin abandonar la temática religiosa, introduce nuevas preocupaciones: un renovado interés por el retrato, el gusto por la exhibición de los interiores domésticos, los muebles y objetos que atestiguan el status social de sus poseedores. Una pintura que, sin abandonar el simbolismo medieval (ahora "disfrazado") se plantea los problemas de la representación tridimensional descubriendo por su cuenta la perspectiva matemática y la perspectiva aérea que serán los grandes logros del Renacimiento italiano.

Esta obra es un cuadro nupcial, encargado por Michele Arnolfini para conmemorar su boda.
Los esposos aparecen retratados en pie, vestidos lujosamente como corresponde a su estatus social, dándose las manos mientras el esposo hace un gesto de bendición; es el gesto con el que se celebraba un matrimonio en la época, cuando todavía no era necesaria la presencia de un sacerdote.
Sin embargo, Arnolfini sujeta a sus esposa con la mano izquierda, no con la derecha que sería lo normal, rasgo que se ha interpretado (Panofsky) como signo de desigualdad social lo que cuadraría perfectamente con el matrimonio de Michele, casado con una plebeya, Elisabeth, de la que se desconoce el apellido y su procedencia (para algunos el representado es su hermano Giovanni con su esposa Giovanna Cenami. Los Arnorfini, originarios de Lucca (Italia), eran adinerados comerciantes de telas asentados en Brujas).
La ceremonia nupcial transcurre en un confortable dormitorio burgués que Van Eyck representa con todo detalle y con su habitual maestría técnica, al fondo, en un espejo aparecen reflejadas dos personas, una el propio Van Eyck y la otra un personaje desconocido, que actúan como testigos de la ceremonia. Sobre el espejo, en la pared, aparece la firma de Jan pero una firma de notario, no de pintor Johannnes de Eyck fuit hic, (estuvo aquí, no lo hizo o lo pintó que sería lo normal).
El "truco" del espejo que representa la realidad que está fuera del cuadro es un recurso típico de la pintura flamenca y será más tarde utilizado por Velázquez en Las Meninas.
Aparentemente el cuadro es solamente un retrato nupcial, una "foto de boda" pero, diseminados por la habitación, aparecen una serie de objetos, frecuentes en una estancia burguesa pero a los que Van Eyck ha dotado de un carácter simbólico convirtiendo la tabla en una representación alegórica del matrimonio.
Aunque es de día, y por tanto completamente innecesaria, una vela encendida luce en la magnífica lámpara de bronce que cuelga del techo de la habitación: es un símbolo de Cristo que santifica la unión matrimonial y se utilizaba en las ceremonias de casamiento, pero es también la llama del amor que nunca debe de apagarse.
Las naranjas, que aparecen como por azar en el alféizar de la ventana que proporciona la luz a la habitación y al cuadro, son la fruta del paraíso, símbolo de los placeres del matrimonio.
El perrillo a los pies de los esposos simboliza la fidelidad. Las zapatillas tiradas, los placeres de la vida hogareña. La figura de Sta. Margarita, protectora de los nacimientos, aparece tallada en la cabecera de la cama y con el "embarazo" ficticio de la señora Arnolfini alude a la procreación como finalidad del matrimonio.

El espejo del fondo es un atributo de la virginidad. El "rosario" de cuentas que aparece colgado en la pared simboliza la castidad....alrededor del espejo diez medallones nos relatan las escenas de la Pasión de Xto, imitando esmaltes con un virtuosísimo inigualable.

En el terreno estilístico, el cuadro es una excelente muestra del virtuosismo técnico de Van Eyck.
Nadie como él es capaz de describir las calidades de los objetos: el metal de la lámpara, el terciopelo del traje de Elisabeth, las pieles de Arnolfini... todo aparece representado con un detallismo típicamente flamenco. Si a ello añadimos un sabio uso de la luz (hay dos focos, uno la ventana y otro frontal que ilumina los rostros de los esposos), una coherente construcción perspectiva y la habilidad para el retrato tenderemos los ingredientes para considerar al Matrimonio Arnolfini como una obra maestra.

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