martes, 24 de febrero de 2015

Partenón




Obra: planta y alzado del Partenón
Autores: Ictinos e Calícrates
Estilo: Arquitectura clásica griega. Templo dórico
Cronología: siglo V a.C.
Construcción religiosa

Este templo es una de las principales obras arquitectónicas de la Antigua Grecia, siendo el edificio central de la Acrópolis de Atenas. Se trata, por lo tanto,  de un templo construido en la época clásica (siglo V-350 a.C.), época de máximo esplendor de las polis. Se desarrolló un pensamiento y unos valores propios que se contraponen al mundo oriental. Además, nació la filosofía y la física en esta época. En cuanto al arte, existía un modelo idealizado de la belleza, reflejado en la armonía y atemporalidad de la expresión.

En el 447, Pericles le encargó a Ictinos la construcción del templo que albergaría a la diosa Atenea Parthenos, que sería financiada con el dinero de la Liga de Delos, formada durante las guerras Médicas contra los persas y que Pericles mantuvo con la excusa de la posibilidad de un nuevo ataque de los persas. Pericles utilizó todo este dinero para invertirlo en la polis de Atenas. Es por esto que el siglo V a.C. se conoce como el siglo de Pericles.

Los planos de Ictinos y Calícrates fueron supervisados por Fidias, que dirigió el programa escultórico (frontones, metopas, friso jónico) y a imagen de Atenea Parthenos. Cuando se termina en 432 a.C., era el templo dórico más perfecto y grandioso. El Partenón permaneció intacto hasta el año 210, después fue iglesia bizantina, mezquita de los turcos e incluso cuartel militar. En el año 1675, estalló el almacén de pólvora de su interior y quedó parcialmente destruido. Hoy en día, está en reconstrucción y cabe destacar que la escultura de Atenea Parthenos fue robada y nada se sabe de ella actualmente.

Templo de enormes proporciones, modelo de dórico clásico, octástilo y períptero. Realizado en mármol blanco con adornos policromados. Su cella está dividida en dos partes desiguales por un muro transversal y en la parte mayor, se situaba la enorme escultura de la diosa, realizada en oro y marfil. El opistodomos era muy pequeño y su techo se apoyaba en  4 columnas de orden jónico. En las esquinas, los capiteles son mayores, para adaptarse al mayor diámetro de las columnas. Las metopas también disminuyen su longitud hacia las esquinas y, por eso, ningún triglifo coincide con el eje de las columnas. Todo el peristilo está inclinado hacia adentro, dándole al edificio una configuración piramidal a la vez que aumente su solidez. La maestría de sus correcciones ópticas por las que el templo tiene en realidad líneas curvas y no rectas, el entablamento y el estilóbato curvados hacia arriba para evitar la sensación de vencimiento por el centro o el mayor diámetro de las columnas en las cuantro esquinas para evitar la sensación de presión en esos puntos, dan la apariencia de armonía, proporción y perfección que tanto procuraban los griegos.

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